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RELATO SEXUAL #5: MI PRIMERA VEZ Y CON UN MATAGALPINO


Mi móvil se daño, era un total caos no podía estar ni un día sin mi aparato inteligente, ¿Que iba hacer con mis redes sociales? era el fin del mundo. Con tanta desesperación me fui a esos grupos en busca de una solución con poco dinero pero con muchas ganas de un celular, eran tantos: ventas nicas, ventas de celulares Managua, subaste Nicaragua, remate Nicaragua, etc.


Después de tantas búsquedas encontré un iPhone 4GS no era lo mejor en ese entonces pero ya era algo mas que el mío para ese tiempo yo andaba un 3GS, íbamos hacer un cambio yo le daría un mini ordenador de esos que regala una compañía telefónica por Internet y el me iba dar el celular 4GS, era un cambio muy bueno y pues tenia algo de miedo era la primera vez que hacia una de esas cosas y quedamos para el fin de semana.

Llego sábado, el vendría desde Matagalpa tuve que ir a la parada del mayoreo para hacer el trueque los dos revisamos cada aparato y luego de la revisión. Todo estaba muy bien, converse con Juan era gracioso tenia acento norteño algo que me da mucha gracia pero me atrae, en lo personal es algo sexy, después de muchos minutos se dieron muchas preguntas y respuestas. Sentí que había un coqueteo pero todo lo que sabia de el es que tenia novia, me sentía confundido pero atraído era un matagalpino, no muy alto, esos que van al GYM un cuerpo muy trabajado les confieso que no ha sido mi punto débil pero su acento me ponía las piernas débil luego de eso agrego a Juan como amigo en Facebook por cualquier cosa, solo me falto pedirle su cédula de identidad yo no estaba muy confiado. Pasaron los días todo iba excelente con mi móvil, pero por el inbox comenzaba una amistad muy rápida un coqueteo y muchas bromas entre un gay virginal y un heterosexual indeciso.

Llego el día, parte 1: entre broma y broma me envío un vídeo de aquel cuerpo en bóxer, su Sixpack era del deseo, daban ganas de pasar la lengua en cada uno de ellos.

Mucha ropa

— Le escribí..

Ya te envío una foto

— Respondió

Dios, estaba parapléjico, no sentía mis piernas, Dios, ¿Como seria aquel miembro? de ese matagalpino. Llego el whatsapp con aquella foto, no era el pene mas grande del mundo ni el mas grueso pero era muy sexy, sentía cositas en mi estomago, creo que no me había desparacitado jajaja.

Llego el día, parte 2: Nervios, había quedado con Juan ese matagalpino de cuerpo duro, después de tantas bromas por chat, vídeos de el realizando ejercicios y muchas cosas más llego el día de volverlo a ver y esta vez no para hacer un cambio si no como amigos curiosos. Pase por el, platicábamos un poco en lo que íbamos en el vehículo, todo se dio tan rápido que ya estábamos muy cerca de un motel, aun nos encontrábamos en la carretera me había detenido no me aguante mas y le dije:

bájate los pantalones quiero verla.

— Inmediatamente se los bajo.

Dios su pene aun no estaba excitado, sin circuncidar pero era toda una delicia, entonces me comenzó a besar, sus labios con los míos intercambiando saliva y no se cuantas bacterias mas. 

Mámamela

— me dijo 

Dios, sonreí y lo voltee a ver con una carita de coqueteo, con dirección a su miembro rápido me dirigí, estaba a tan solo unos centímetros de su glande, con mis labios, saque mi lengua y la frote hasta bajar a sus delgado y recto pene, era una delicia su sabor era dulce, lo recuerdo como si fuera ayer. Luego de seguir lamiendo su pene llego el momento de introducirlo a mi boca y llevarlo al paraíso que le hizo llamar garganta profunda del edén.

Llegamos al motel, luego de una rica mamada aun seguía algo tímido, pues aun era un chico gay puberto y sobre todo virginal. tenia miedo de todo lo que pasaría en ese momento y después, tal vez ya tenia las respuestas pero no las quería saber así que solo me deje llevar.

Me tomo de la camisa por el lado del frente con sus dos fuertes manos, me sentí débil y suyo desde ese momento, pensé en dejarme hacer lo que el quisiera.

Me tiro a la cama, quitándome la ropa de encima, se quito la camisa y pantalón rápidamente, comenzó a besarme muy apasionado, seguimos en bóxer, nuestros penes se rozaban, su cuerpo junto al mío, era un éxtasis de fuera se aproximaba un huracán, saco un condón y se lo puso a su hermoso pene, junto lubricante en sus dedos que los comienzo a frotar en mi estrecho ano, me sentía en las nubes era mi primera vez en esa situación, el placer era tanto mi cuerpo pedía verga aun sin saber sus consecuencias era un niño ustedes saben.

— Prepárate vas a sentir lo que nadie te ha hecho sentir jamas.

— Me dijo

Tomo su pene con sus manos, con mucha fuerza, me dije a mi mismo llego el momento jajaja.

Su mirada era matadora con intensiones de golpearme y yo lo disfrutaba. 

Ya con su condón en su pene y mucho lubricante, iba poco a poco excavando ese culito virgen que pedía dolor y placer.

Cada milímetro de penetración era un dolor fatal pero de la mano con una sensación única que no había sentido en mi maricona vida. Ya con su pene hasta dentro de mi, comenzó con su movimiento era lento y muy sensual, se movía de una forma circular y Dios me mataba de tanto placer, sudando de su cabeza y teniéndome de una posición misionaría, seguía extasiado de tanto macho dentro de mi, una y otra vez, una y otra vez, se repetía y se repetía.

Coloco mis piernas en sus hombros, yo seguía con mucho dolor pero mi destrozado ano pedía mas sexo de ese hermoso campesino, entre mas me daba yo mas quería hasta que llego el momento, ese momento que no quería que pasara yo quería seguir un poco mas pero le dije:

— Me vengo

Entonces la saco y libero toda esa pasión en mi área abdominal, era tanto semen que parecía que había derramado dos litros de leche encima de mi cuerpo. Dios exclame en mi mente, eran muchas cosas las que pensaba, pero se coloco encima de mi y me dijo al oído: Quiero que nos volvamos a ver...

Ya es casado, tiene un bebé hermoso y acá les comparto la foto de su pene:


Ganas de orinarme 2da parte.


Era sábado por la tarde un chico que había dejado ser virgen un fin de semana atrás conducía un Nissan Sentra del 2007 dirigiéndose a la estación norte de buses del país por el matagalpino que le había quitado su santidad. Si ese chico santo era yo…

Mientras llegaba a la estación de buses le escribía a mi mejor amiga.

-Llegare por la noche, con Juan el chico del que ya te había hablado. 

Posdata el ladrón de mi virginidad.

Mientras el matagalpino habría la puerta del auto una leve sonrisa se formaba en mis labios, la sangre corría mas rápido por mis venas, sentía tantas cosas que los aburriría de escribirlas.

-Hola, ¿Como estas? 

El matagalpino saludo.

-Hey, que onda, muy bien con muchas ganas de llegar a este momento.

Puse en marcha el auto y nos dirigíamos al motel ya habíamos quedado en nuestro segundo encuentro SEX-SU-AL pero lo menos que íbamos a imaginar era que el clima no iba a estar a nuestro favor.

Una fuerte lluvia en la capital y ya Managua parecía Venecia, estando justo a dos cuadras el motel no me percate que la calle estaba hecha un río, avance y mi carro se sumergía, me detuve y retrocedí lo mas rápido pero el agua fue mas veloz ustedes saben conducía un Nissan Sentra y esos malditos carros son mas bajo que las nalgas de la Anabel Galeano nuestros pies se mojaban, nuestros planes se inundaban con la lluvia solo quedo reírnos y buscar otro motel a esa hora.

Mientras conducía al otro extremo de la capital a uno de los mejores moteles de la zona oeste llamado Burbujas de Amor (los de la vieja escuela sabrán lo rico que se pasaba en esas habitaciones) tampoco crean que era un chavalo motelero, conocí los pocos mejores de la capital cuando era un puberto ahora como dirán los usuarios de Grinder (Con Lugar) por favor me disculpan.

El semáforo ponía su luz roja, Juan aprovecho en subirme la camisa y dejarme al descubierto los pezones, los comenzó a mamar como si fueran los pechos de Pamela Anderson me quede sorprendido jamas me habían chupado el pecho como si fuera una mujer fue una sensación rara pero bonita, me hizo sentir muy deseado, escuche la bocina de los carros de atrás sonreí y quite sus labios de mis pezones era hora de concentrarme y conducir hacia el motel, teníamos que terminar lo que la lluvia había parado.

Llegamos al motel y mil cosas pasaban por mi cabeza, Juan aprovecho en ir al baño y dejo la puerta abierta yo me recostaba a la cama y escuchaba como un fuerte chorro de orín salía de su rico glande, termino de orinar, se lavo las manos y fue a por mi.

Lanzando se sobre mi comenzó a besarme de una manera dulce y sensual, subiendo la sensación al morbo, introduciendo su lengua en mi boca, besándome como si no hubiera un mañana o mejor dicho, besándome como si no tuviera novia esperando a por el en Matagalpa. Se levanto y se desnudo para mi e hizo lo mismo conmigo pero el me quito la ropa de manera brusca, varonil, se sentía las ganas de hacerme suyo. Nos seguimos besando y mientras seguían sus labios con los míos me aleje y baje a su cuello lo seguía besando y seguía bajando, llegue a sus hermosos, grandes y fuertes pectorales se los mame como si de ellos iba alimentarme de leche, mordía la punta de sus pezones y el gemía de placer seguí y seguí pero ya no podía aguantarme baje suavemente a su duro sickpack y lo lamí y mientras con mi mano tocaba su gran sexo entre sus piernas con fuertes palpitaciones en su corazón se sentían por las venas del pene que ya quería estar dentro de mi persona. Baje hasta tener frente a frente esa turca rica de 19 cm la introduje en mi boca como si fuese una paleta rockert de Eskimo jajaja siempre me encantaron esas paletas jajaja dejando bien mojado su miembro lo saque de mi boca y mire a sus ojos, mis ojos le pedían que me volviera hacer suyo y el entendiendo mi mirada, tomando el condon que estaba en la mesa de noche de al lado y poniéndolo en su pene, yo me preparaba me recosté y no lo dejaba de ver, el acento y dilato mi ano con su dedo mojado. la pasión corría entre mis venas y mientras me metía su pene poco a poco el dolor me mataba era la segunda vez que me cogia, era mas el dolor que la primera vez, sentía como si por segunda vez perdía mi santidad casi lloro pero ya estando sus 19cm dentro de mi el placer se apodero como el otra vez haciéndome suyo en su regazo de la manera mas rica y romántica (por supuesto de misionero) y mientras mas el confirmaba que mi cuerpo le pertenecía y se movía de una manera tan rica cuando me cogia pero en eso una sensación extraña en mi.

-Por Dios como me van a dar Ganas De Orinar ahora, casi que le grite que parara y la sacara. por fa tengo que ir al baño, me estoy orinando.

Le dije.

Fui al baño y cuando ya mi mente estaba decidida a orinar las ganas me abandonaron, no podía ser, pare, de tener sexo por estas malditas ganas de ir al baño solo sonreí y regrese con el, le explique que las ganas se me habían ido.

-Sonrío y me dijo, tal vez no eran ganas de orinar y solo te ibas a venir, desconociste la sensación.

El Matagalpino.

Eso fue, era mi primera vez después de haber perdido mi virginidad anal no me acostumbra a las sensaciones nueva, comenzamos otra vez pero mi ano ya estaba dilatado, introducirme sus 19cm fue mas fácil, coloco mis piernas en sus hombros y me hizo suyo como solo el podía.


Después salimos del motel camino a cenar con mi mejor amiga, era momento de presentarle (presumirle) al chico matagalpino de cuerpo recio y tonificado que me había quitado la virginidad.

Esta historia continuara…

RELATO SEXUAL #4: Pagar por sexo


Casi siempre me gustaban flacos de mi edad e incluso más grandes que yo. Pero a medida que fui creciendo debo reconocer que no paro de mirarle el culo a los pendejos. Un par de veces tuve algo con ellos, pero obviamente mayor de edad, y todo consentido. Pero tenía ganas de hacer cosas muy atrevidas, que ellos no se animaban hacer, entonces se me vino a la cabeza pagarle a un pibe joven (mayor de edad, claro está) y hacerle todo lo que quiera, sólo pedía un requisito; que tenga la experiencia que me permita hacer todo lo que yo quiera.

Empecé a buscar en una página argentina de escort, y encontré a uno de 19 años, que decía me podés hacer lo que quieras. Le escribí. Vamos a llamarlo Agustín, era delgado como me gustaban. De cuerpo chico, como me calientan.

Era cuestión de coordinar, ya que mi novio no sabía de lo que iba a hacer. Coordine para un día entre semana a las 17 h. Cuando lo vi parecía más chico, y un aspecto a nerd (usaba anteojos), esto me calentó más (le pedí de ver su documento porque no quería quilombos a futuro, parece molesto pero tener el lío con un menor de edad no es chiste al menos en Argentina).

Una vez asegurarme de sus 19 años, pasamos, y directamente a la cama, le empecé a besar y le manoseaba el cuerpo, el culo más precisamente. Le empecé a desnudar, y tenía puesto suspensores, me voló la cabeza, le ordené que me chupe la verga, y así fue, cuando se le salía de la boca la tomaba con sus manos, yo le agarré las manos y le dije que me buscara la pija con la boca y así hacía, mi verga estaba dura como acero, la cabeza parecía una pelota de tenis, me salían gotitas de leche que el disfrutaba con su lengua. Callado, pero bastante putito, un sueño. Le pedí que me chupe los huevos, le empecé a dedear la cola, se veía que disfrutaba. Cuando llegó el momento, me pidió de sentarse para que manejara él la penetración, accedí.

Una vez sentado arriba mía, se movió un poco para que se acostumbre su ano, me estaba apretando la pija. Luego lo tiré boca abajo y me lo garché así lo cogía fuerte, él era tan delgado que con su mano ponía fuerzas sobre mi muslo, pero no lograba frenarme. Un par de veces me decía que paré que le dolía, solo eso me hacía detener. Luego de culearlo un rato, no aguanté y acabé dentro suyo. Me quedé dentro suyo y no salí, tampoco le dejé acabar, arriba de él me quedé, le acariciaba el cuerpo despacio hablábamos, mi verga ya se había salido sola. A los 15 minutos yo quería guerra otra vez.

Me fui a lavar la chota, vine con el palo duro y le apuntaba a la boca, él sabía lo que tenía que hacer y empezó a mamar. Al ratito, lo acosté boca abajo, me puse el forro, pero sin lubricante hice fuerza y le abría la cola así, no tan fuerte ya que vi su cara de dolor, pero tampoco frené. Cuando la mis huevos tocaban su cola, le acaricie un poco su cabeza, y empezó a mover la cola, ahí arranque con todo otra vez le di pija en 4, le tomaba del pelo, le pegaba en la cola, él se dejaba hacer de todo. Y en medio de la calentura le empecé a decir que se tomé mi leche, él solo decía “la quiero toda”.

Yo le seguís diciendo, “te voy a dar en la boca y te la vas a tomar”… me lo cogía, pero insistía en esto, y en un momento me dice “si, la quiero en la boca”… Ahí nomás saque la verga, saque el preservativo y me pajee, le agarré de los pelos y le acerqué la cara a mi chota, él entendió la que venía, me lamía los huevos, la punta mientras yo me pajeaba, hasta que le dije que se la meta y así fue, se empezó a pajear mientras se tomaba mi leche. Le dije “quiero me dejes la punta limpia”, más rápido se pajeaba, porque se calentaba con las cosas que le decía. Hasta que acabó. Se fue a duchar.

Fue un re polvo, me encantó cumplir ese moro. Le pagué, me despedí nunca más supe de él.

RELATO SEXUAL #3: Mamadas en el estacionamiento del supermercado


Antes de comenzar con la historia me gustaría presentarme, soy un chico de 19 años, moreno, bastante peludo y de 1,71cm.

La historia comienza cuando estaba caliente por una mamada, y estuve paseándome por algunos baños de la ciudad buscando algo de diversión que nunca llegó. Tuve muchas conversaciones cortas con chicos en páginas de citas, pero con ninguno llegué a concretar, en ese momento ya me estaba haciendo a la idea de irme a mi casa para hacerme una paja, hasta que me llegó un mensaje de un hombre que estaba cerca.

-Wena andai cerca, te tinca hacer algo?

-Dema que si po, pero tienes lugar?

-Tengo el auto estacionado en el super que está cerca, igual son piolas

-Yapu, te apaño

-Espérame en la entrada del estacionamiento

-Buena

En ese momento comencé a caminar hasta la entrada del supermercado, mientras veía el perfil del hombre. Tenía 31 años, blanco y se le miraba un pecho bastante peludo, como me gustan. Cuando llegué le avisé y me dijo que lo esperaba unos minutos, en esos minutos comencé a ponerme algo nervioso e la situación, pero mi calentura adolescente me ganó.

Después de varios minutos el hombre llegó, un poco más alto que yo, blanco y de barba. Nos saludamos y entramos al estacionamiento, me señaló cual era su auto y entré al asiento del copiloto. Su auto estaba casi a la entrada, por lo que nos movimos hasta el fondo. Cuando nos llegamos nos cambiamos a los asientos de atrás.

-Ponte cómodo nomás

En ese momento comenzó a tocarme sobre el short corto que llevaba, mientras que con su otra mano subió mi polera para comenzar a chupar mis pezones que estaban duros de la excitación, pasó su mano por debajo y comenzó a masajearme las bolas, yo me sentía en el cielo. Levanté mis caderas y el bajó totalmente el short con mis boxers y empezó a comerse todo mi pene que se iba endureciendo de a poco.

-La chupas muy bien weon, me está encantando

El solo se dedicaba a seguir chupando, parecía que hubiera nacido para eso. A su vez, su dedo se fue abriendo paso por mi culo, hasta que llegó a mi entrada y me masajeó mi ano mientras no paraba de comerse mi pene, Yo solo atinaba a echar mi cabeza hacía atrás y ver estrellas. Después de un rato paró y se desabrochó el pantalón y dejó ver su pene, mas grande y peludo que el mío.

-Querí probarlo?

No dudé ningún segundo y me metí ese pene a la boca, comenzaba por su enorme cabeza y me hacía paso a todo su tronco. El empujaba mi cabeza mas al fondo y inundaba toda mi garganta con su mástil hasta llegar a sentir sus pelos en mi nariz. Seguí con ese movimiento unos minutos mas, mientras saboreaba y sacaba todo el sabor a su pene.

-Lo haces muy bien weon, me encanta

Lo masturbaba mientras chupaba la punta de su pene y pareciía estarle gustando, cosa que me encantaba. Paré y comenzamos a masturbarnos, después se puso sobre mi y juntó nuestros penes para hacer una paja doble, sentir esa fricción y calor era lo mejor del mundo.

-Voy a acabar

Yo lo incité a que lo hiciera y tiro todo su semen sobre mi pene y pelvis, el cual ocupé como lubricante para pajearme y terminar acabando mientras me dedeaba el culo.

Me dio papel para limpiarme y me dejó en la entrada del estacionamiento. Me fui a casa satisfecho.

RELATO SEXUAL #2: Por un disque joven heterosexual que se comio a su fraternal vecino


Antes de nada, os debo confesar que soy adicto al sexo, no os lo niego, aunque creo que ya lo habéis notado. Pero, debo puntualizar que, mi adicción no es solo un deseo incontrolable, pues aunque intento controlarme, si es verdad que a veces me puede. No pudiendo evitar, mantener relaciones sexuales allí donde este, y sobre todo frecuentes, dando igual el número de personas, el sexo, e incluso cuando ni lo disfruto.

Y sí, me considero hetero, como igualmente heteroflexible, o heterocurioso, no cerrando la puerta a mantener relaciones tanto con chicas, como a ser follado por un maduro, dando igual que esté tenga una buena polla o no. Ya que los hombres mayores son los que me atraen, y no chicos de mi edad o similares, aunque me haya enrollado con algunos, pues cuando estas siendo follado por uno, y esté cede su lugar a un veinteañero, no es plan decirle que pare... uuummm!!.

Podrá decir que comencé esta adicción, cuando te inicias a la temprana edad de los catorce años, edad que comienzas supongo como hetero, aunque lo cierto es que aún ni me lo había pensado, y menos considerado.

Pero que, cuando comienzas, ya es difícil dejarlo, sobre todo, cuando sientes ese subidón de adrenalina que te pierdes. Adición que pasas con el tiempo de ser ‘ordeñado’ por otros, cuyas corridas lograron sacarme hasta dos o tres seguidas; y antes de que me diera cuenta, ya me vi comiéndosela a un maduro canoso, uno de tantos que me decían...

· “Pruébalo, no pierdes nada”.

· “No por probarlo, serás un maricón”.

Y me vi en cuclillas, mamando esa verga no muy gruesa y de tamaño normal, cuyo olor nauseabundo, una mezcla entre orín y precum, te asfixia, pero aun así, sigues porque de alguna manera me vi embriagado... uuummm!!.

Me vi instruido por esté viejo, chupando su glande, y lamiendo su tronco hasta esa base peluda, donde chupas y lames sus velludos testículos. Practica que pasas de hacérsela tres veces por semana a cinco... uuuffff!!.

Practica que, me vi introduciéndome su miembro, como a veces esté llevado por el placer me la metía bruscamente, follándome la boca hasta golpear contra mis amígdalas... ooohhh!!. Y sentir, como a veces se entretenía en meterme sus dedos, cuando al principio era uno, y en nada eran dos los que penetraban mi orificio anal... aaahhh!!.

Recuerdos de esas primeras veces que me vienen a la memoria, como esa práctica me llevo a coger soltura, cuyas suplicas se me pasaba por la cabeza a modo de... ‘no te corras, aun’. Y entre gritos hacerme saber de su corrida, momentos en que me la sacaba con rapidez, y esté descargar fuera.

Maduro canoso con gafas, cuya cara de pervertido y degenerado, era a veces confundida por un rostro fraternal. Sobre todo, aquella vez que, de buena a primer descargo, corriéndose en el interior de mi boca, y no quedándome otra que tragar. Vez que comprueba que no está tan mala como dicen, sí... a veces agría, aunque en otras ocasiones eran insípidas, sabores que creo que depende de la persona.

Persona mayor que, cuando me daba por amenazar por abandonarlo, como para olvidar como le daba por amenazarme, ya sea por confesar a mis padres o amigos, mi tendencia.

Amenazas que uno se creía, pecando de inocente e ingenuo, pero sintiéndome peor, cuando cierto día, lo vi en la puerta de mi colegio, cuyos testículos se me pusieron de corbata, y descubrir que, venía a recoger a su nieto. Ese amigo y compañero que, tantas veces me invitaba a su casa, lugar donde esa persona fraternal, aprovechaba también para aprovecharse... uuummm!!.

Pero bueno, sigamos que, ya me voy por las ramas. Decir que, me hice un adicto a las mamadas, aunque realmente podría decir a las pollas, pues poco me importaban como fueran estas, ya que no miraba el tamaño ni el grosor, pues una verga es una verga... uuummm!!.

Tiempo de adolescencia que, me sentía confundido, no entendiendo porque esta práctica me estaba gustando, como explicar cómo estando de rodillas, no deseara otra cosa que esas pollas, pero simplemente no me importaba, y me deje llevar.

Viéndome a lo largo de mi vida en diversos lugares, ya no solo en Sevilla, Madrid, u otras provincias, o incluso Portugal. Donde como antaño, esa práctica se convirtió en mi secreto, aunque más que practica fue una adicción, ya que ese fraternal abuelo, digamos que me enseño bien.

Pero bueno, dejemos de echar la vista hacia atrás, y comenzaré con recordar alguna de mis experiencias, como cierto fin de semana que, me dio por venir de Madrid sin avisar. Miento, creo que, si lo hice, pero no para decir que iba, sino todo lo contrario.

Pero como he dicho, tras avisar a mis padres días previos, haciéndoles saber qué, me quedaría en la capital (Madrid) con mis compañeros. Amigos que creo recordar que, en el último momento, decidieron también marcharse, dejándome entonces solo, y obviamente me hizo recapacitar en mi decisión de quedarme.

Haciendo lo mismo que ellos, cogí una bolsa y eche unas prendas. Viéndome, como esa misma tarde, me dirigí a la estación de Atocha, creo recordar, y para adelantar en mi regreso, me dio por comprar ida y vuelta.

Tomando el Ave (medio de transporte, definición para los que me leáis que, no seáis de aquí) hacia Sevilla. Donde fue llegar a la estación de San Pablo, y me dirigí a coger un taxi o un Uber, llevándome la sorpresa de que estaba lloviendo.

Tarde que según el meteorólogo no daba agua, pero daba igual, pues para lo poco que llueve en el Sur es ‘agua bendita’; y dándome igual, tras tomar finalmente un Uber, y me llevo esté hasta donde viven mis padres. Trayecto que, en un momento dado, recibí un mensaje de mis padres, donde pude leer...

· "José, como nos avisaste que no venías, nos hemos ido a la casa del campo de los abuelos".

(Uuuffff!!, cuantos recuerdos me vienen a la cabeza, infinidad de experiencias he tenido allí, como me hicieron de todo, e incluso cogido por mi propio abuelo... uuummm!!). Pero, mejor seguiré...

Ahí fue en ese momento donde supe que, me iba a quedar solo, y para inri, no poder volver a Madrid. Pues sabiondo de mí, me dio por comprar billetes de ida y vuelta, cuyo regreso era para volver el domingo, e imposible antes.

Pues eso, llegué, dejándome el Uber en la puerta, bajé de ese coche, y decidí abrir el portal antes de sacar la maleta, ya que no quería que se mojará. Y salé de mi esa idea tan agilipollada, ingenuo a veces como ‘subnormal’, pues fue abrir la puerta del pasajero, y salir a toda prisa hacia mi portal.

Y sí, me pareció una idea genial, o al menos eso me pareció a mí, pero creo que no le pareció tan buena al conductor, pues fue cerrarse sola la puerta, cuando vi como esté coche se marchaba.

Dejándome como es costumbre con cara de tonto, viendo que, debía de haberle dicho al conductor algo, como... ‘espere’; antes de salir de ese automóvil. Y suerte la mía pensé, pues a pesar de verme con lo puesto, me di cuenta que las cosas de valor las llevaba en mi bandolera.

Malhumorado, intente abrir el portal, no estaba como para atinar, ya que me costó girar la llave en la cerradura. No era mi día, no hacía falta ser muy listo para verlo, planteado desde primera hora de la mañana, y es querer darles a mis padres una sorpresa, y resulta que ellos me la han dado a mí.

Y encima para inri, me he quedado sin equipaje, y empapado, ya que estoy luchando con esa llave. Aunque para inri, puedo decir que, fue abrir la puerta de la entrada. Cuyo ruido que hice, llegó a alertar a mi vecino, y esté aparecer con una llave inglesa en mano.

Fueron momentos confusos, cuyo temor me invadía mientras intentaba explicarme, pues al hombre le costó reconocerme, y ante las disculpas por parte de ambos. Recuerdo que este vecino, cuyo nombre era Germán, le da por decirme primero...

· "Tus padres, no están en casa".

E informarme después...

· "Creo que, tus padres cambiaron la cerradura de la puerta".

Dice, y supongo que, al verme sorprendido, y chorreando, no se le ocurre otra cosa que, invitarme a su casa. Soltando...

· "Si quieres, puedes venirte a mi casa, de momento no estarás solo, y de paso, me das compañía".

Suelta. Y ante ese gesto, me da por contarle lo sucedido con mi equipaje. Cosa que esté, me dice...

· "Podrías entrar, te secas, y mientras, te busco algo que ponerte, no vayas a sé que cojas una pulmonía".

Informa, acabando...

· "Ya si quieres, mañana más tranquilo, te acompaño a la compañía de Uber, y buscamos tus pertinencias".

Ofrecimiento que, acepto tanto el primero como el segundo. Mientras alega...

· "Si quieres, te dejo que llames a un familiar, y que vengan a recogerte aquí".

Para volver a decir con coherencia, aquello de...

· "Aunque como está la noche, creo que mejor que pases la noche aquí, y ya mañana Dios dirá".

Acabando...

· "No es una obligación, pero insisto que, viendo cómo estás, te viene mejor cambiarte, y tomar después algo caliente".

Dice, mientras me doy cuenta que al soltar esto último, le da por frotarse la entrepierna. Y como tras aceptar, agradeciendo tanto el interés, como el ofrecimiento. Entre en su casa, llevándome esté al baño, donde me sugirió una ducha caliente para entrar en calor, mientras iba por algo que ponerme.

En un primer momento, no me pareció lo más normal, pero al sentirme helado debido a mis prendas mojadas, acabé aceptando. Germán, antes de entrar, entró en el baño él, cogiendo del interior de un armario unas toallas. Saliendo, y tras dejarme entrar, y cerrar la puerta, me dijo desde el otro lado...

· "José perdona, mira, dame tus prendas que las voy a poner en la secadora".

Cosa que hice, viéndolo de lo más normal, y aunque algo cortado, me dio por desvestirme, dejando mis ropas sobre la tapa del WC. Ya que debo decir que, no vi muy bien, dejar mis prendas en el suelo.

Aunque, no veía muy normal que esté hombre entrará, aunque yo esté dentro de la ducha, y las cortinas echad, pues supongo que la silueta da a entender. Bueno sigo.

Os debo reconocer que, la idea de darme una ducha caliente fue un acierto, pues fue una maravilla. Donde llegué a escuchar hasta por dos veces la puerta abrirse, una para recoger las ropas, y la segunda para dejarme otras.

Donde fue salir, y llevarme un chasco, pues esas prendas no eran de chicos, sino de chicas. Prendas que, me dio por llamarlo desde el baño, disculpándome por mis gritos, y hacerle ver sobre esas prendas. Recuerdo la expresión de ese hombre, pues acojonado se disculpaba, haciéndome saber qué...

· "Perdona, creí que mi hija había dejado más ropas de mis nietos".

Dice, trasmitiendo esa sensación de culpa por su equivocó. Y angustiado, intenta justificarse, diciéndome...

· "He visto también las del chico, pero me parece que, no te vendrían bien".

Acabando...

· "Pero en cambio, creo que las de mi nieta sí".

Viendo que, no me queda otra, ya que encima me dijo antes, refiriéndose a mis prendas...

· "He visto como estaban, y viendo que, mejor que secarlas les viene lavarlas".

Marchándose hacia la cocina, mientras me informa que me ha hecho un consomé. Y con cierto reparo, me da por colocarme algunas de esas prendas. Ropas que ese mismo roce, no me hace otra cosa que excitarme... uuuffff!!.

Aunque no, no me empalme, como muchos estaréis pensando, ese estimulo, hizo que mis pezones se me endurecieran, y poco más, ya que el tamaño de mi miembro seguía igual.

Pero eso sí, esa sensación vino sobre todo por esas braguitas, prenda que para nada era de una chica pudorosa, ya que era un tanga. Poniéndome encima un leggins, unas tobilleras (tipos de calcetines), y una camiseta. Saliendo del baño, y tras entrar en ese salón, y esté verme, pude apreciar que sea había puesto rojo, y mostraba un notable empalme. Soltándome...

· "Coño".

Palabra que soltó, y extrañado le pedí los motivos, diciéndome...

· "Joder, no creí que te sentarían también, sabes, te quedan mejor que a mí nieta".

E intenta reparar su expresión, diciendo...

· "No te equivoques, a mí nieta no la miró, como te estoy mirando a ti".

Volviendo a darse cuenta de sus palabras, equivocó que intenta corregir nuevamente. Y torpemente, aunque lo intenta, acabando...

· "Si no fuera por qué sé que eres un chico, no dudaría en entrarte".

Y sin dejar de mirarme el culo que me hace esa prenda (leggins), vuelve a insistir, refiriéndose a mi silueta, contorno, y cuerpo en general. Dándole por acercarse, y rodearme, quedándose detrás, sin quitarme ojo. Y finalmente, le da por alojar ambas manos en mis nalgas, y palparme el culo... uuuffff!!. No dejando de disculparse por sus manos 'largas', diciéndome...

· "Perdona, no me he podido resistir".

Dándome por quitar hierro al asunto, y al mismo tiempo, mirando con disimulo su entrepierna, sobre todo porque esté, no dejaba de frotarse... uuuffff!!. Fraternal vecino que, me pide permiso para volverme a tocar el culo. Aunque dice...

· "Sé que, no es muy normal que, una persona de mi edad te haga esté tipo de peticiones, pero...”.

Suelta, como si le hubiera impedido antes darle por tocarme el culo, y morderme los labios al escucharle acabar...

· “Aquí uno que vez, debo confesarte que, no he tenido desde años".

Y me vais a matar, pero viendo lo que aún me falta, no me queda otra que, dejarlo aquí, y seguir la próxima vez. Espero que, lo relatado al menos os haya gustado, tanto como a mí recordarlo, ya que disfruto tanto tener estas aventuras, como más tarde redactarlas. Pero lo dicho, queda solo despedirse hasta la próxima. Os dejo mi email para lo que deseéis, el cual es: jhosua 1974 @ Gmail . com (obviamente todo junto).

RELATO SEXUAL #1: Por Alex, un joven español de 25 años

Imagen con fines ilustrativos


Hola a todos, empiezo por presentarme. Soy Alex y tengo 25 años. Nací en una pequeña ciudad de España y desde muy pequeño he sabido lo que me gusta. Siempre he sido delgado, altura en la media para un chico (1.73cm), moreno de pelo y con piel muy blanca. Tengo barba y gafas también de estas que te hacen más intelectual. Sexualmente me he sentido siempre atraído por chicos y hombres más maduros que yo, o con un perfil más bien de chulitos, todo lo contrario a mí que siempre he sido más bien sumiso y tímido.

Esta historia ocurrió cuando estaba acabando bachillerato, en un momento en el que yo ya había hecho mis pinitos pero era virgen (si a sexo anal nos referimos). Por aquella época había cumplido hacía poco los 18 y con todo el tema de estar estudiando a todas horas estaba 24/7 cachondo. Solía usar las típicas apps y en una de ellas, Bender (creo que luego se llamó Wapo) conocí a Jaime, un chico de 23 años que estaba acabando la carrera en la misma ciudad. Al principio estuvimos hablando de cosas banales hasta que nos empezamos a calentar... 

J: Entonces... eres calladito o qué? con eso de que dices que eres tímido...

A: Jejeje soy tímido sí, pero según para qué cosas ;) Supongo que la timidez es algo que se me puede quitar con alguien menos tímido o más atrevido

J: Yo puedo quitarte lo tímido y lo que quieras, y luego ya decides si estás calladito o prefieres no estarlo tanto

A: Uff, eso me ha puesto mucho jejej Cómo andas de rabo y qué te gusta?

J: Eso ya me gusta más... Tengo buen rabo, seguro que te gustaría catarlo, 18cm y bastante gordo y unos buenos huevos. Lo que me gusta preferiría enseñártelo en persona, si tienes ganas

A: Tengo que estudiar pero lo mismo podemos vernos un rato... 

J: Cuando termines me escribes y si te sigue apeteciendo te mando dirección ;))

Estaba super nervioso de pronto, las fotos que había visto de él me ponían muchísimo, era un tío que imponía, moreno de piel, alto y fuerte. Sin estar musculado pero se notaba que estaba fuerte y con una barba morena de varios días.

La boca se me hacía agua imaginando ese cuerpo sobre mí y ese rabo, pero a la vez sentía miedo de que me rechazara o hiciera sentir mal porque nunca me hubieran follado. Serán cosas de mi personalidad.

A las 7 de la tarde terminé de estudiar, me duché y me vestí lo más rápido que pude justo antes de escribirle. No tardó en responder, a los 5 minutos me pasó su dirección y salí de casa diciéndoles a mis padres que iba a tomar algo con unos amigos.

Al llegar, aún me temblaban las piernas, pero cuando toqué el timbre me abrió la puerta él, con una sonrisa blanca y perfecta. Me dejó pasar y me dijo que sus compañeros de piso no estaban.

Nada más decir eso me lanzó contra la pared que tenía detrás y empezó a besarme, me metía la lengua y la movía que daba gusto. Me mordía las orejas, el cuello y empezó a restregarse contra mí.

J: No sabes las ganas que tenía de probarte, y veo que sabes muy bien y te alegras de verme - dijo mientras me tocaba el rabo que ya estaba empalmado al 100%. 

Siguió sobándome un rato y yo aproveché para meter las manos por sus pantalones, primero tocando su culo (estaba duro) y después hasta su rabo (que estaba aún más duro). Joder, no mentía con lo del rabo, era el más grande que había visto nunca.

Fuimos a su cuarto y me tumbó en la cama mientras él aprovechaba y se desnudaba entero. 

J: Así mucho mejor, más cómodo... Ven, ¿no quieres abrir la boca para mí a ver si así dejas de ser tan tímido?

A: No sé si me cabrá - empecé a reír.

Y me acerqué, abrí la boca y empecé a besar ese capullo muy despacito, lamía cada gota que salía de su polla de lo cachondo que estaba. Empecé a metérmela lo máximo que podía mientras le miraba a los ojos y él me agarraba por el cuello. Intenté un par de veces metérmela entera pero no era capaz.

J: Vamos, abre bien la boca, ¿te apetece que te la folle un poquito como un hombre de verdad? No creo que los de tu edad sepan hacer nada con sus pollas.

A: Sí, por favor, dame polla.

J: Vaaaya, veo que la zorra se está soltando y ya no está tan calladita.

Y me cogió de la cabeza y empezó a follarme la boca sin piedad, casi me atragantaba, el cabrón estaba consiguiendo metérmela hasta el fondo y quedarme sin respiración. Cuando paraba me pegaba un morreo y me la volvía a meter para seguir follándome la boca y yo no podía parar de tocarme, quería me atravesara con esa pedazo de polla que me llenaba la boca y eso hacía que me quisiera correr.

A: Uff como sigamos así me corro, no voy a aguantar mucho más.

J: De eso ni hablar, aquí no se corre nadie todavía,  y ese culazo lo tengo que probar yo.

A: Respecto a eso... soy virgen y no me siento seguro de querer hacerlo aunque me muera de ganas. 

J: Ostia ¿eres virgen? No voy a hacer nada que no quieras obviamente pero creo que tu rabo y tu culo piden lo contrario, puedo tener cuidado y hacerlo hasta donde tú quieras, si te apetece. 

A: Puedes jugar un poco con mi culo y vamos viendo a ver cómo va la cosa.

J: Eso me gusta más. Date la vuelta que te voy a dar la comida de culo de tu vida para ir preparando el terreno.

Me puse a cuatro patas con el culo en pompa y Jaime se puso detrás mía cuando empecé a sentir su lengua lamer todo mi ojete, me mordía las nalgas, me estaba haciendo gemir. Notaba como su lengua jugaba a entrar en mi culo lamiendo mis profundidades y lubricándome para lo que podría venir después.

J: Buah tío, qué culazo, voy a por lubricante a ver cómo abres. 

Salió de la habitación y volvió en un momento con un bote de lubricante especial para sexo anal. Y empezó a untarme con él el culo y su polla, que brillaba como un mástil.

A: Espera, ¿tienes condones? 

J: ¿Eres virgen no? Déjame que te estrene en condiciones, estoy sano, me hago tests cada pocos meses.

A: Ok ok, venga dale que estoy a mil, me vas a partir con ese rabo joder. 

Y empezó a presionar con su polla mi agujerito, sentía como mis esfínteres se sentían forzados a su paso. Me abrazó por la espalda y siguió metiendo y metiendo. 

Joder, yo no paraba de gemir, al principio de dolor pero cada vez más de placer, me estaba partiendo el culo un puto chulo que me ponía a mil.

J: Vamos que esto ya está, la tienes enterita, qué caliente y apretado estás por dentro, pareces un coñito... Ahora dejarás de estar calladito para pedirme que te folle y que te la meta más y más fuerte ¿verdad?

A: Sí, uff, joder, fóllame, hazme tuyo, soy todo tuyo, como una puta.

Y entonces cambió el ritmo, dejó de ser suave y de abrazarme y empezó a clavármela hasta el fondo con una embestida tras otra. Me azotaba el culo mientras me daba caña y yo no paraba de gemir y gritar.

Después de un buen rato me tenía ya mordiendo almohada y sin poder respirar de la follada que me estaba pegando cuando noté que me iba a correr casi sin tocarme del placer.

A: Jooooder me voy a correr, sigue sigue follándome, más fuerte cabrón, préñame. 

J: ¿Quieres la leche de tu macho? ¿Sí? Pues toma puta guarra, vas a estar soltando lefa mía una semana y seguro que te quedas preñada.

Y empezó a correrse dentro de mí como una bestia, notaba su leche caliente en mis entrañas entrar y salir. Notaba los trallazos y sus bufidos hasta que cayó exhausto sobre mí, con su polla aún dentro.

J: Ya no eres virgen bonito, me ha flipado estrenarte el culo. 

A: A mí me ha flipado follar contigo, ahora me tiemblan hasta las piernas. 

Estuvimos un rato así, aún sentía su polla dura dentro de mí con toda su leche dentro. Cuando me levanté para asearme pude ver que tenía el culo super dilatado y lleno de leche por todos lados. 

Me invitó a cenar pero tuve que rechazarlo porque mis padres son un coñazo. Pero no fue la última vez que quedamos...

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